Por Sergio Pedemonte Mery | Publicado
Piensa en esto: antes Google era como un directorio telefónico muy ordenado. Tú buscabas, y él te devolvía una lista de enlaces. Ahora, Google quiere ser el amigo que ya se leyó todos los libros y te resume la respuesta en dos frases, sin que tengas que hacer clic en nada.
Ese es el gran giro. Los buscadores están usando Inteligencia Artificial (IA) para crear respuestas rápidas y completas —lo que llaman Búsqueda Generativa (SGE). Para los usuarios, es comodísimo. Para las pequeñas y medianas empresas, es un sacudón.
Antes (SEO clásico): lo importante eran las visitas. Escribir largo, usar muchas palabras clave y esperar que Google te pusiera arriba.
Ahora (Optimización para Respuestas, o AEO): lo importante es ser la fuente que la IA elige citar. Eso significa contenido breve, claro y que responda directamente a lo que la gente pregunta.
Lo curioso es que la IA no siempre cita al primero del ranking. Puede elegir a alguien en la quinta posición si su explicación es más clara, confiable o directa. Es decir: hoy la precisión vale más que la posición.

Usa títulos en forma de preguntas reales de tus clientes.
Da la respuesta más importante al inicio, en pocas frases.
Usa listas, tablas o viñetas: a la IA le encanta extraer información en formatos claros.
Pon nombre y cara: firma tus textos con tu experiencia (“Escrito por Ana López, contadora con 20 años en pymes”).
Muestra pruebas: casos de éxito, fotos del “antes y después”, testimonios.
Cita fuentes confiables: enlaza estudios o informes serios.
Usa video: aunque sea grabado con tu celular, un rostro real siempre transmite confianza.

El cambio no es opcional. Si lo ignoras, tu negocio puede volverse invisible en las búsquedas.
Si te adaptas, ganas algo mucho más valioso que un clic:
Autoridad: ser citado por la IA te posiciona como experto de tu sector.
Confianza inmediata: estar en el resumen es un sello de credibilidad automática.
En resumen: el futuro del posicionamiento no está en “hacer trucos”, sino en construir una reputación digital sólida, clara y verificable. Tan útil que los humanos —y ahora también la IA— te elijan sin dudar.
